– ¡el cielo! ¡Ay de aquel que todavía no ha comprendido eso!-. Cuando con mi muleta hurgaba
en la pútrida y agusanada masa de mi erizo muerto, era el cielo lo que yo buscaba.
Cuando, desde lo alto del Molí de la Torre, hundía la mirada en el negro vacío,
también y todavía buscaba el cielo.
La vida secreta, Salvador Dalí
en la pútrida y agusanada masa de mi erizo muerto, era el cielo lo que yo buscaba.
Cuando, desde lo alto del Molí de la Torre, hundía la mirada en el negro vacío,
también y todavía buscaba el cielo.
La vida secreta, Salvador Dalí
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