dissabte, 26 d’abril del 2014


LIED

Tú, a la que callo que durante la noche 
lloro;
cuyo ser me torna cansino
como un ritmo de cuna;
Tú, que no me dices cuándo velas
por mí,
como si esta suntuosidad
pudiéramos soportar en nosotros
sin calmarla.
... ... ... ... ... ... 
Mira a los amantes:
cuando empieza la confesión
¡qué pronto mienten!
... ... ... ... ... ... 
Tú me das soledad. Solamente te puedo transformar a ti.
Durante un tiempo eres tú; luego, otra vez el murmullo
o un perfume sin rastro.
Ah, en mis brazos las he perdido a todas;
sólo tú, tú siempre naces de nuevo:
te tengo porque nunca te retuve.


                                           R.M.Rilke

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