dimecres, 5 d’agost del 2015
El ángel
Con solo un gesto de su mente aleja
de si solo lo que limita y lo que obliga,
pues por su corazón pasa, gigante,
girando, lo que viene eternamente.
El cielo está para él lleno de formas
que le pueden llamar: Ven, reconóceme.
Nada des de tus cargas a aliviar
a sus manos ligeras. Pues vendrían
de noche a ti, a probarte en el combate,
e irían por la casa como furias,
tomándote como si te crearan,
arrancándote fuera de tu forma.
R.M. Rilke
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